Pene L

Si bien es cierto que actualmente no se le considera ciencia a la programación neurolingüística (PNL en lo subsecuente) vamos a pretender demostrarla con empirismo, porque a pesar de que sí se le considera ciencia a la psicología conductual, al psicoanálisis, a la psicología clínica, y sobre todo a la neuro ciencia, cabe destacar que como dije antes: para poder comprobar muchos postulados de la psicología usando el método científico: tendríamos que dejar de lado lo ético. Y aun así los resultados basados en estadística nos darían un aproximado, más no una verdad absoluta.

Pero pensemos en toda esa gente que ha sido programada de manera verbal:
Los traumas de la niñez de quien toda su vida escuchó a sus progenitores decirle que es un inútil y se autosabotea toda su vida.
Los arrogantes que creen que el mundo les pertenece porque así se los dijeron.
Las mujeres que no conocen su sexualidad porque les programaron que la masturbación era pecado.
Todo el conductismo de religión que hace que cientos de hombres vean normal el apedrear a una mujer adultera, o cualquier otro pensamiento religioso retrograda que sigue siendo practicado.
Los exdrogadictos renacidos en cristo que cada día tienen que repetirse a sí mismos que pueden pasar otro día más venciendo la dependencia física a base de fuerza de voluntad.
La motivación de la automejora de pararse y apagar la televisión para salir a correr y hacer ejercicio.
El racismo, la xenofobia, la educación militar en los niños (sí, niños) coreanos que se les inculca que el enemigo ni siquiera es humano
Y la lista sigue y sigue.

Por otra parte: la neurociencia ha comprobado que ciertos patrones de comportamiento producen los neurotransmisores que clínicamente pueda haber en desbalance en el encéfalo, tan así que la psiquiatría ha sintetizado muchas drogas para tomar un atajo.
Usando estas evidencias empíricas, podemos afirmar que la depresión puede empezar a curarse si uno le echa ganas, incluso me atrevo a afirmar que bastaría con ello para poder tratarla.

Idílicamente pudiéramos tirar a la basura toda la licenciatura en RH y su psicoanálisis, sustituyéndola por neurociencia para que la psiquiatría trabaje de la mano con la PNL llegando no solo a la estabilidad o salud mental, sino atreviéndose a la evolución, mejora y eventual perfección del comportamiento.

Pero la moral asoma su fea cara y el zeitgeist es absoluto, ya que dependiendo las diferentes demografías dirán que lo que es bueno para uno no lo será para otro.

Fernando Savater lo ejemplificó con la silla y el humano. Parafraseo: una silla sin una pata no funciona, porque la silla fue construida para sostener, en cambio, al desconocer una función universal humana, es fútil pretender aspirar a una perfección global mundial, y por ende podemos simplemente ignorar la estabilidad o salud mental.

Yo no estoy loco, ustedes son los locos que no escuchan voces.

Ese fue el principal fallo de la eugenesia, que en principio tenía razón, si tomaramos las riendas de toda la sociedad, así como la reproducción selectiva de las palomas de Darwin, pudiéramos crear el Übermensch, pero el superhombre es subjetivo. Por lo pronto.

Ahora bien, la mecánica automotriz, es una ciencia, una técnica exacta, absoluta e irrefutable, y aunque haya atajos o soluciones momentáneas, carro sin gasolina no camina.
El motor requiere cierto mantenimiento, ciertos insumos, y al presentarse una falla; una reparación completa o un cambio de pieza, en teoría restauran su funcionamiento como nuevo.
Mucha gente lo aprende, ya sea por empirismo o por academia.
Y aun así, muchos mecánicos pueden fallar en ciertos aspectos, muchos deliberadamente usando su moral ambigua, algo bastante común en nuestro México lindo y jodido.
Y como muchas técnicas, un simple parche puede momentáneamente solucionar el problema atacando los síntomas sin atacar la raíz del problema.

Existen muchos mecánicos mañosos, así como muchos incapaces, algunos otros que medianamente se especializan más en una cosa que en otra, y otros tantos que, aunque terminaron la carrera, pueden no ser tan eficaces en algunas cuestiones.

Tomemos un minuto de introspección para hacer el paralelismo de un ingeniero mecánico con un licenciado en psicología.

¿Cómo pasas tu a creer que un licenciado en superioridad moral va a usar sus teorías para reparar tu mente?

Si la misma neurociencia y la psiquiatría han llegado a callejones sin fondo donde aun no se encuentran verdades absolutas para poder definir irrefutablemente lo que es la verdadera salud mental, mucho menos un puño de freudianos con sus conductismos arcaicos y obsoletos.
Si apenas hace algunas décadas el homosexualismo era tratado como enfermedad mental, apenas unos cuantos años atrás el transexualismo era un trastorno de identidad de género.

Pero regresando a la programación, la ética y la moral nos programaron con su educación, y sigo pregonando que la monogamia es antinatura, contra evolutiva y más que un constructo social, es parte del programa, porque como hemos venido diciendo, nuestro mismo criterio ni siquiera es propio, está programado a nuestro desarrollo psicosocial, encima le agregamos el instinto animal, la memoria genética, si es que existe, la memoria muscular, y la situación encefálica individual de todos y cada uno, y regresamos a la silla de Savater…

¡Vaya! Si hasta la realidad misma no es absoluta y aunque la ciencia utilice a los fotones y los foto receptores oculares como evidencia absoluta, lo cierto que es un daltónico percibe la realidad de manera diferente a mí, lo mismo con mi supuesto asperger, que ya ni siquiera es trastorno tampoco, según el DSM, y cae dentro del espectro de autismo. ¡Y ni hablar de la sinestesia!

Y aunque suena seductoramente desresponsabilizante el reducir la realidad misma a meros subjetivismos, como también he propuesto antes, la pretensión de una autonomía y el ideal del libre albedrio implican la responsabilidad de los actos de uno. Lo que nos llevaría, además de una PNL, a una programación neuroconductual, donde un autoanálisis y un cambio de hábitos nos acercaría un poco más a la perfección mental, un poco más cerca del Übermensch, como sea que personalmente se le conciba.
Si a eso le agregamos una extensiva investigación neuronal, pudiéramos incluso llegar a la creación del soma y estar un paso más cerca del mundo feliz que predijo papá Huxley.

Pero para eso tendríamos que erradicar todas las religiones, incluyendo el psicoanálisis, o la psicología, que a este punto vienen siendo también otra religión más.

Y regresamos de nuevo a la silla de Savater, caemos de nuevo en el subjetivismo, y de nuevo vuelvo a afirmar que no somos libres. Para encontrar esa verdadera libertad, y esa autonomía completa, primero, se requiere de autoconocimiento y autocontrol; después de esa introspección, se requerirá de toda la vida de estudio y sus subsecuentes desprogramaciones, llegando a una total amoralidad más allá de cualquier humano común mundano genérico dónde la búsqueda de esa libertad y autonomía nos llevarían a una evolución, que como dijo Richard Bach: nos llevaría a ser o dioses o demonios, pero tanto una como la otra, seríamos el siguiente paso en la humanidad, más allá del homo sapiens, el homo superior, un paso más cerca del Übermensch con toda la soledad que ello conlleva.